El recién bautizado como Banco de la Generalitat, antes banco público del Consell, quiere convertirse en un duro competidor de las entidades privadas a la hora de ofrecer financiación para empresas y autónomos dentro de la Comunidad Valenciana.

Manuel Illueca, director general de esta nueva entidad, ha explicado que no se embarcarán en operaciones de alto riesgo, para evitar la grave tasa de morosidad de hasta el 65 % que han llegado a vivir en años anteriores. Por este motivo, esta entidad pública recién renombrada sólo financiará a empresas cuyos proyectos resulten realmente viables. El objetivo del banco de la Generalitat es colaborar con la banca tradicional para compartir los riesgos y aprovechar las sinergias para que las familias y empresas puedan beneficiarse. El banco público ha prometido prestar especial atención a todos los proyectos viables que no han logrado obtener financiación por parte de la banca tradicional.

Una de las novedades más interesantes del banco de la Generalitat es que se escindirá del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), donde ha nacido, a partir de 2017 con la intención de eludir las restricciones financieras que no les permiten obtener la máxima capacidad operativa. De hecho, a día de hoy el antiguo banco público de Consell no puede endeudarse ni captar fondos en los mercados, como hacen el resto de las entidades financieras, por lo que su operatividad se ve muy reducida. Gracias a la escisión el próximo 2017 del IVF el banco de la Generalitat podrá endeudarse y ampliar nuevas líneas de crédito. La intención de Illueca para obtener esta “liberación”, es negociar con la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) para que el banco de la Generalitat se extraiga del perímetro público y las deudas que pueda adquirir no repercutan directamente en la Comunitat Valenciana. De esta manera, el banco de la Generalitat podrá elevar su capital hasta los 600 millones de euros y emitir bonos. Aunque es la cifra esperada, esta entidad se independizará con un capital total de 200 millones de euros y un pasivo privado de 250 millones de euros.

La nueva entidad conservará en su haber los créditos públicos con retorno, los créditos al sector privado y la tesorería, cuyos activos suman una nada inestimable cantidad de 450 millones de euros. Por su parte, el IVF continuará manteniendo la gestión de la deuda de la administración económica y el resto de la actividad pública.

Para que esta escisión entre el banco de la Generalitat y el IVF se pueda llevar a cabo, la IGAE exige una mayor transparencia y un aumento de las auditorías y controles. Mientras el banco de la Generalitat espera esta nueva trasformación, el director general de la nueva entidad ha aprovechado para anunciar las nuevas líneas de financiación que supondrán una aportación de, aproximadamente, 45 millones de euros, a los que hay que añadir 30 millones de euros más procedentes del Fondo Social Europeo. Esto, junto con el efecto multiplicador que se obtendrá de la cofinanciación, permite movilizar alrededor de 175 millones de euros para financiar a las empresas.