“Esta acción subió un 2% en la bolsa, mientras que aquella bajó un 3%”. Los nombres y los porcentajes pueden cambiar, pero esta es una frase típica que oímos en las noticias o leemos con frecuencia. Pero, ¿qué es una acción? ¿Qué significa tener una?
¿Qué son las acciones?
Las acciones son valores que representan una parte del capital de una sociedad anónima (S.A.) y permiten a los inversores convertirse en propietarios de una parte de la misma. Todo el capital está dividido en acciones y estas representan la participación de cada socio en el capital de la compañía. Una de las peculiaridades de la sociedad anónima es que la responsabilidad de cada socio es proporcional al capital que haya aportado.
Mediante la compra de una sola acción, uno se convierte en propietario de la empresa, aunque quizás por una fracción muy pequeña. De este modo, se entra a formar parte del capital social de la empresa y se adquieren ciertos derechos económicos y financieros, como la posibilidad de recibir dividendos si así lo decide la dirección, y derechos administrativos, por ejemplo, ejercer el derecho de voto en las distintas juntas de accionistas, influyendo así en las decisiones de la empresa.
Diferentes tipos de acciones
Todas las acciones no son iguales y, en consecuencia, no tienen los mismos derechos administrativos y económicos. Es la propia empresa la que decide las características de las acciones, tanto en el momento de su constitución como en el de la captación de nuevo capital social.
Las acciones definidas como ordinarias son las más clásicas y representan una parte proporcional del capital social de una empresa. No tienen ningún privilegio en cuanto al reparto de dividendos, ni poderes administrativos, ni siquiera, en el peor de los casos, cuando se produce la liquidación de la empresa.
Otro tipo es el de las acciones rescatables, emitidas exclusivamente por empresas que cotizan en un mercado regulado. Los titulares obtienen privilegios económicos, como un dividendo mínimo garantizado. Sin embargo, pierden el derecho de voto en las juntas de accionistas ordinarias o extraordinarias.
Las dos últimas categorías de acciones son las acciones privilegiadas, que se caracterizan por un derecho de prioridad sobre los beneficios distribuidos y/o el reembolso del capital en caso de quiebra, y las acciones sin voto, que tienen una limitación explícita de los derechos de voto en las juntas de accionistas sin tener necesariamente privilegios patrimoniales como contrapartida.
Cómo funcionan las acciones
Cuando crean una sociedad, los propietarios pueden decidir emitir acciones ordinarias o preferentes. La razón por las que las empresas emiten acciones a los inversores es para venderlas y obtener un capital a cambio, que utilizarán para hacer crecer y operar la empresa. De hecho, las acciones pueden ser una forma de conseguir financiación para la propia empresa.
Cómo se hace el reparto de acciones
Las acciones de una empresa son propiedad de los fundadores o socios de dicha empresa. A medida que esta crece, se venden las acciones a inversores externos, business angels, fondos de inversión y a cualquier inversor interesado en el proyecto. Si la empresa sigue creciendo a un buen ritmo, puede intentar obtener más capital social vendiendo acciones al público general, pasando a cotizar en bolsa.
El objetivo principal del mercado de valores, también conocido como “bolsa”, es reunir la demanda de capital, representada por las empresas que necesitan financiarse, y la oferta de capital, dada por los inversores que quieren utilizar sus ahorros.
Las acciones de una empresa pueden comprarse en el mercado primario o en el secundario. El mercado primario, o de emisión, se refiere al mercado en el que se ofrece una acción por primera vez mediante una oferta pública inicial. Las empresas que recurren al mercado primario, tienen como objetivo principal captar fondos del público mediante la emisión de nuevos valores.
El mercado secundario, o de negociación, en cambio, es el lugar donde los valores ya pueden circular y negociarse entre los inversores. En este mercado se negocia todo tipo de título financiero tanto de renta fija como de renta variable, activos o mixtos del mercado monetario, con la posibilidad de convertirse fácilmente en dinero. La oferta y la demanda influyen en el curso del precio de una acción a lo largo del tiempo: si hay mucha demanda, y, por tanto, mucho interés por parte de los inversores, el precio sube, de lo contrario, si hay un exceso de oferta, baja.