Más de 198 empresas británicas han demostrado su descontento ante las medidas propuestas por el Brexit en una carta abierta que ha sido publicada a día de hoy, 23 de febrero de 2016, por el diario The Times. Según indican sus portavoces en dicho escrito, creen que la salida del Reino Unido de la Unión Europea puede suponer una grave amenaza para la economía y el empleo de su territorio.
Desde que el pasado 19 de febrero de 2016 las negociaciones relativas al Brexit concluyeran del mismo modo que habían comenzado, los ánimos están cada vez más susceptibles y las opiniones muy divididas en dos claros bandos
- La salida de la Unión Europea, apoyada por empresarios tan influyentes como Arron Banks, que ha sido el encargado de crear «Leave.eu» y que cuenta con el respaldo incondicional del Partido para la Independencia de Reino Unido (UKIP). Los simpatizantes con esta campaña basan sus fuerzas en el grave problema de la inmigración que está viviendo Reino Unido dentro de sus fronteras. Alegan que debería ser posible la autogestión de sus fronteras ante la imposibilidad de numerar la cantidad de personas que pueden llegar cada año y el tipo de financiación que pueden necesitar recibir, lo que impide una buena gestión del capital británico. La intención es clara: que Reino Unido pueda reservarse la posibilidad de negar a los inmigrantes europeos que llegan a su país las prestaciones públicas que se utilizan para complementar los salarios base. Su exigencia, respaldada por el primer ministro David Cameron, habla de que sea precisamente Reino Unido quien gestione sus leyes y comercio, de que sea ellos los que tengan la última palabra para decidir sobre las cuestiones migratorias y no la Unión Europea.
- «Gran Bretaña es más fuerte dentro de Europa», sería el eslogan que resumen la otra visión del problema. Esta campaña ha sido apoyada por gigantes como Stuart Rose, presidente de Marks and Spencer, y otras 197 empresas británicas contrarias al Brexit y sus exigencias. Uno de sus grandes miedos que estos empresarios tienen, es la forma en que estas medidas pueden llegar a afectar a la economía británica. Ponen ejemplos tan sencillos como el del reclutamiento de especialistas de distintos ámbitos de origen europeo. Éste se vería afectado por las restricciones impuestas por el Bretix y, muy probablemente, dichas restricciones también afectarían a la situación de los ya contratados, que con toda seguridad decidirían irse del país frente al uso de medidas tan abusivas como las que la oposición quiere que entren en juego.
Pero no solamente las empresas británicas están detrás de esta propuesta. Los grandes bancos estadounidenses de Wall Street están en contra del Brexit, ya que a día de hoy pueden ejercer sus actividades en la Unión Europea sin necesidad de licencias específicas, situación que desaparecería si se aprobara esta salida de la Unión Europea por parte de Gran Bretaña.
La Trade Union Congress (confederación de sindicatos británicos) también defiende la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea. Su secretaria, Frances O´Grady, declaró a The Times que lo contrario supondría ir en contra de los derechos y protección que el gobierno ha de ofrecer a todos los trabajadores británicos.
Según los miembros contrarios al Brexit, dejar la Unión Europea afectaría al libre acceso de Reino Unido al mercado europeo y sus más de 500 millones de personas, potenciales clientes y empleados. Además, desalentaría a las posibles nuevas inversiones, por lo que amenazaría a la tasa de empleo y a la economía en sí.
Tendremos que esperar al referéndum que el Reino Unido celebrará el próximo 23 de junio de 2016 para saber si sus integrantes decidirán seguir formando parte o no de la Unión Europea.