Para que una compañía funcione correctamente no solo hay que vender el producto o el servicio en cuestión, sino saber manejar el dinero que genera. Gestionar la tesorería de una empresa es un elemento verdaderamente imprescindible para que tu proyecto funcione. ¿Quieres saber cómo hacerlo? En Financiación para Empresas te ofrecemos los mejores consejos.
Consejos para gestionar la tesorería de tu empresa
Calcula anticipadamente las necesidades de financiación de tu empresa
¿Qué mejor manera para gestionar la tesorería de una compañía que calcular las necesidades de financiación con antelación? Si quieres que tu empresa funcione como un reloj es importante que dispongas de un cálculo anual tanto de la financiación necesaria como de las entradas y salidas que se prevén en la tesorería. Podrás fijar estos parámetros basándote en tus cuentas de años anteriores y en tu plan de negocios.
Selecciona los productos financieros adecuados para tu caso
Para que la tesorería de tu empresa se encuentre en buen estado es necesario disponer de los productos financieros adecuados. Ten en cuenta que podrás seleccionar uno u otro en función de la liquidez de la que dispongas y de su disponibilidad. No hay que olvidar que a lo largo del año en todas las empresas surgen imprevistos a los que hay que poder hacer frente. Ya se trate de un gasto con el que no contabas o de un proveedor que se está retrasando en sus pagos. Tendrás que usar el dinero de caja para poder hacer frente a este tipo de imprevistos. Por lo que siempre deberás de disponer de liquidez y no invertir todo en productos financieros. Además, a la hora de elegir productos financieros no has de perder de vista.
- El nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir.
- El plazo estimado para recuperar la inversión y obtener intereses.
- Los conocimientos financieros que tienes. De nada sirve invertir en cosas que no se comprenden.
Productos financieros con los que sacar partido a la tesorería de tu empresa
Entre los productos financieros con los que podrá jugar tu tesorero destacan los siguientes:
- Cuentas corrientes. Si tu intención es disponer de liquidez de manera inmediata sin duda las cuentas corrientes o a la vista son la mejor solución. Este tipo de producto financiero permite recuperar el capital en cualquier momento. Sin embargo los beneficios que se obtienen hoy en día por mantener el dinero en ellas es muy bajo. No es de extrañar si pensamos que dicha remuneración suele estar asociada al Euribor, hoy en día en negativo. Para decantarse por una u otra cuenta corriente hay que revisar tanto los intereses que genera dicha cuenta como los posibles gastos (de mantenimiento, de cancelación, por descubiertos… etcétera). Si tu empresa genera parte de sus ingresos fuera de España lo mejor es recurrir a cuentas multidivisas o cuentas en el extranjero.
- Depósitos. Por norma general los depósitos obligan a sus clientes a mantener el capital por un periodo de tiempo determinado a cambio de unos intereses. Algunas penalizan por la retirar previa de efectivo. Existen depósitos con plazos muy dispares. Y nuestra necesidad de liquidez será la que ha de marcar la elección de uno u otro modelo. A mayor plazo normalmente mayores son los intereses. Por norma general según el importe que quiera invertir la empresa será probable negociar con la entidad financiera para obtener las mejores condiciones.
- Contratos de reposición y bonos. Son ideales para aquellas empresas que no quieran asumir grandes riesgos en sus inversiones. Los contratos de reposición son perfectos para este tipo de cliente. Estos no tienen retención fiscal y son muy seguros. Sin embargo tienen pocos beneficios. Invertir en renta fija es otra de las opciones más conservadores que ofrecen garantías y algo de ganancias. A mayor plazo de inversión, mayores serán los intereses obtenidos.
- Fondos de inversión. Dependiendo de los activos en los que se invierta estos fondos serán más o menos conservadores. Y por tanto más o menos seguros. Si se opta por los fondos monetarios se conseguirá mayor seguridad pero menores beneficios. Sin embargo, si se opta por invertir en Bolsa los riesgos aumentarán junto con los posibles beneficios. Para seleccionar el fondo más adecuado a cada tipo de cliente lo mejor es contar con un asesor financiero.