Una de las métricas financieras que quizás hayas escuchado de forma más recurrente es el concepto del EBITDA. Se trata de una métrica utilizada para saber de forma rápida los ingresos que está obteniendo una empresa. En este post vamos a explicarte qué es el EBITDA, cómo se calcula y cuándo es útil.

¿Qué es el EBITDA?

EBITDA son las siglas de Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization (Beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) y es una métrica utilizada para evaluar el rendimiento operativo de una empresa.

Puede considerarse como un indicador del flujo de caja de todas las operaciones de la empresa.

La métrica del EBITDA es una variación de los ingresos de explotación (EBIT) pero que a diferencia este excluye los gastos no operativos y determinados gastos no monetarios.

El propósito de estas deducciones es eliminar los factores sobre los que los propietarios de las empresas no tienen control (o tienen control limitado), como la financiación de la deuda, la estructura de capital, los métodos de depreciación y los impuestos que se pagan (hasta cierto punto). El EBITDA puede utilizarse para mostrar los resultados financieros de una empresa sin tener en cuenta su estructura de capital.

El EBITDA se centra en ver el margen de beneficio teniendo en cuenta solamente las decisiones operativas de una empresa, porque examina la rentabilidad de la empresa a partir de sus operaciones principales antes de tener en cuenta el impacto de la estructura de capital, el apalancamiento, las deudas y las partidas no monetarias como la depreciación/amortización.

No obstante, el EBITDA no es una métrica reconocida en el uso de las NIIF o de los GAAP estadounidenses. De hecho, algunos inversores de mucho renombre, como Warren Buffet, desprecian especialmente esta métrica por el hecho de no tener en cuenta la depreciación de los activos de una empresa. Por ejemplo, si una empresa tiene una gran cantidad de equipos amortizables (y, por lo tanto, un elevado gasto de depreciación), entonces el coste de mantener y sostener estos activos de capital no se refleja.

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Fórmula del EBITDA y diferentes componentes que lo conforman

que es el ebitda (2)

La fórmula para calcular el EBITDA es la siguiente:

EBITDA = Ingresos netos + Intereses + Impuestos + Depreciación + Amortización

O también:

EBITDA = Beneficio de Explotación + Depreciación + Amortización

A continuación se explica cada uno de los componentes de la fórmula.

Intereses

Los intereses se excluyen del EBITDA ya que dependen de la estructura de financiación de la empresa. Los intereses están directamente relacionados con el dinero que ha tomado prestado la sociedad para financiar sus actividades empresariales. Cada empresa tiene diferentes estructuras de capital, lo que se traduce en diferentes gastos por intereses.

Por lo tanto, es más fácil comparar el rendimiento relativo de las empresas sumando los intereses e ignorando el impacto de la estructura de capital en el negocio. Hay que tener en cuenta que los pagos de intereses son deducibles de los impuestos, lo que significa que las empresas pueden aprovechar esta ventaja y usarlo como “escudo fiscal”.

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Impuestos

Los impuestos varían y dependen del país, territorio o la región en la que opera la empresa. Los impuestos dependen de las normas fiscales en vigor y por tanto no forman parte de la evaluación del rendimiento del equipo de gestión o directivo.

Sin embargo muchos analistas, por ejemplo a la hora de hacer una auditoría empresarial, prefieren añadirlos al comparar empresas.

Depreciación y amortización

Las depreciaciones y la amortización (D&A) dependen de las inversiones históricas que ha realizado la empresa y no del rendimiento operativo actual del negocio. Las empresas invierten en activos fijos a largo plazo (como edificios, máquinas o vehículos) que pierden valor debido al desgaste. El gasto de amortización se basa en el deterioro de una parte del inmovilizado material de la empresa, aunque también se produce si el activo es intangible: los activos intangibles, como las patentes o los derechos de marca, también se amortizan porque tienen una vida útil limitada (protección de la competencia) antes de expirar.

Los gastos de amortización están muy influidos por las hipótesis sobre la vida económica útil, el valor residual del activo en sí y el método de amortización utilizado. Debido a que “cada empresa amortiza como quiere” muchos analistas pueden encontrarse con que los ingresos de explotación son diferentes de lo que creen que debería ser la cifra correcta, y por lo tanto las depreciaciones y la amortización se retiran del cálculo del EBITDA.

El gasto de las depreciaciones y la amortización puede localizarse en el estado de flujos de caja de la empresa, en la sección de actividades de explotación. Recordamos que la depreciación y amortización son un gasto no monetario.

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¿Por qué utilizar el EBITDA?

calcular el ebitda de una empresa

La métrica del EBITDA se utiliza habitualmente como indicador del flujo de caja de una empresa. Puede dar a un analista una estimación rápida del valor de la empresa y poder usarlo en escenarios de investigación de empresas, transacciones del sector o fusiones y adquisiciones.

Además, cuando una empresa no obtiene beneficios, los inversores pueden recurrir al EBITDA para evaluar una empresa ya que se puede ver si los beneficios no llegan por causa de la propia empresa o por causa de factores externos a la misma (impuestos, amortizaciones…).

Muchas empresas de capital riesgo utilizan esta métrica porque es muy buena para comparar empresas similares del mismo sector, y algunos empresarios lo utilizan para comparar sus resultados con los de sus competidores.

Desventajas del EBITDA

El EBITDA no está reconocido por los PGC ni por las NIIF. Algunos inversores de mucho renombre son bastante escépticos a la hora de utilizarlo porque presenta a la empresa como si nunca hubiera pagado intereses o impuestos, y muestra los activos como si nunca hubieran perdido su valor natural con el paso del tiempo (no se deducen las depreciaciones ni los gastos de capital).

Por ejemplo, una empresa manufacturera (digamos del sector textil) de rápido crecimiento puede presentar unas ventas y un EBITDA crecientes año tras año. Sin embargo puede ser que para expandirse y crecer rápidamente, adquirió muchos activos fijos a lo largo del tiempo y todos fueron financiados con deuda. Aunque pueda parecer que la empresa tiene un fuerte crecimiento a nivel de beneficios, los inversores deben fijarse también en otras métricas, como los gastos de capital, el flujo de caja y los ingresos netos.

El EBITDA utilizado en la valoración de empresas (múltiplo EV/EBITDA)

Al comparar dos empresas, el ratio Valor de Empresa/EBITDA puede utilizarse para dar a los inversores una idea general de si una empresa está sobrevalorada (ratio alto) o infravalorada (ratio bajo).

Nota: El EV o Valor de Empresa es la suma de la capitalización bursátil + la deuda neta de la empresa.

A la hora de usar esta fórmula es importante comparar empresas de naturaleza similar (mismo sector, operaciones, clientes, márgenes, tasa de crecimiento, etc.), ya que los distintos sectores tienen ratios medios muy diferentes (ratios altos para sectores de alto crecimiento, ratios bajos para sectores de bajo crecimiento…).

El EBITDA en los modelos financieros

El EBITDA se utiliza con frecuencia en la modelización financiera como punto de partida para calcular el flujo de caja libre no apalancado.

Los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones son una métrica a la que se hace referencia con tanta frecuencia en las finanzas que resulta útil utilizarla como punto de referencia, aunque un modelo financiero sólo valore la empresa en función de su flujo de caja libre.