El pasado 18 de octubre se produjo el relevo del presidente del Banco Central Europeo. El que ha sido considerado como el salvador de la Euromoneda durante la mayor crisis que ha sufrido Europa desde la creación de la zona monetaria única, Mario Draghi, deja la institución después de varios años a su cabeza. La sucesora no es otra que Christine Lagarde, presidenta del Fondo Monetario Internacional hasta su nombramiento como presidenta del BCE.

Mario Draghi tiene un perfil de banquero al más puro estilo clásico y deja al Banco Central Europeo con unos tipos de interés negativos para intentar reactivar una economía europea cada vez más madura, japonizada y adormecida. Sin embargo, el mandato de Mario Draghi ha conseguido salvar la estabilidad de la eurozona después de algunos años de bastante caos: la economía europea crecerá cerca del 1% en 2020, manteniendo una inflación que rondará el 0,8%.

Los balances del Banco Central Europeo disponen de unos 4,7 billones inactivos que servirán para comprar deuda de países, facilitándoles así la financiación y alejándoles de los altos tipos de interés que buscan los inversores en el mercado privado.

El Banco Central Europeo seguirá en modo expansivo

La nueva presidenta del BCE seguirá con la política monetaria expansiva que inicio Mario Draghi y que consiste en mantener los tipos de interés cercanos a cero, manteniendo el paquete de estímulos a la economía para luchar con las previsiones de frenazo económico de cara a 2020 y años siguientes.

Algunas voces critican que los bajos tipos de interés perjudican a los inversores que no tienen rendimiento de su dinero. Unos tipos de interés cercanos a cero (o lo que es lo mismo, dinero gratis) puede crear burbujas inflacionarias difícilmente controlables y causar que los ahorradores estén perdiendo dinero por culpa del bajo rendimiento de su dinero que pierde valor por las subidas del IPC. Son varias las voces dentro del Banco Central Europeo y dentro del seno de la Unión Europea (en concreto alguno de sus países) que se levantan en contra de mantener esta política de bajos tipos de interés a largo plazo.

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Dinero gratis que no consigue reactivar la economía

Christine Lagarde se pone al mando de un Banco Central Europeo que desde hace ya 3 años tiene los tipos de interés para los depósitos en el 0,5% negativo sin que se produzca ese crecimiento económico tan deseado por los mandatarios europeos.

Si las previsiones se cumplen sin embargo, alemania entra en recesión a finales de 2019, lo que significa que está política expansiva no está funcionando como se esperaba. Christine Lagarde tiene una oportunidad de oro para convencer a los diferentes presidentes de los países europeos en qué el crecimiento no puede ser el único objetivo, sino que se debe poner mucho foco en crear definitivamente una política fiscal común a nivel europeo y llevar a cabo las reformas estructurales a nivel económico que se requieren desde hace ya varios años. Sin embargo, no hay previsión de que el Banco Central Europeo cambie su estrategia a corto plazo: de hecho la Reserva Federal de Estados Unidos ha bajado los tipos de interés otros 25 puntos básicos, siguiendo la misma espiral de dinero barato que está siguiendo el BCE.

Noticia Original en LaVanguardia