El leasing y el renting se han puesto de moda. Cada vez son más las pequeñas y medianas empresas, además de los autónomos, que utilizan estos modelos financieros a la hora de adquirir un nuevo vehículo para su trabajo. Estos modelos son ideales para conseguir un vehículo nuevo o renovar las flotas de coche de una empresa.

Sin embargo, se trata de conceptos que a veces se confunden. ¿Sabrías con claridad explicar cuál es la diferencia entre el leasing y el renting? Es probable que no. Por este motivo desde Financiación para Empresas vamos a explorar las diferencias entre ambos modelos financieros. De este modo te será más fácil decidirte por uno u otro según tus necesidades y tu modelo de negocio. ¡Comencemos!

Diferencias entre el leasing y el renting

Leasing

Cuando hablamos de leasing nos referimos a un tipo de contrato de alquiler que se expide a largo plazo. La particularidad de este contrato es que se ofrece al usuario la opción de compra del producto. De esta manera, el usuario paga una cuota de entrada y posteriormente otra cuota de tipo periódico. Con estos conceptos va liquidando la deuda hasta que finalmente el vehículo pasa a su nombre.

Mientras tanto, y a pesar de no tener todavía la titularidad del vehículo, el cliente o usuario se encarga de pagar los gastos derivados de este coche. Es decir, impuestos, posibles averías, gastos de matriculación, etcétera.

El leasing es un tipo de alquiler que puede aplicarse a más bienes materiales además de a los coches. Su característica principal es que es un modelo de financiación que permite adquirir un bien material mientras se alquila. Por norma general, en el caso de los vehículos, obliga a un alquiler de dos años para poder ofrecer la opción de compra al usuario. La inversión, regulada por la Ley 26/1988, tiene como finalidad adquirir el vehículo.

A pesar de que todos los gastos y seguros asociados al coche corren a cargo del usuario, es una alternativa de financiación que puede resultar muy atractiva. El gasto de alquiler del leasing es desgravable, por lo que ofrece ventajas fiscales al usuario.

Renting                                                                        

Cuando hablamos de renting, sin embargo, el usuario solo se encarga de abonar una cuota fija de manera periódica por poder utilizar este servicio. En el caso de los coches, que es el que nos concierne en este momento, el renting es el alquiler del vehículo por el tiempo determinado en el que se paga la cuota de alquiler.

A diferencia del leasing, el renting no da posibilidades de comprar el vehículo con los pagos que se realizan periódicamente. La empresa que suministra el vehículo es la que posee la titularidad y la que se encarga de los costes de gestión y mantenimiento. El usuario únicamente ha de abonar la gasolina que gasta, pero no tiene que encargarse de pagar impuestos, matriculaciones ni averías.

Una de las principales ventajas del renting frente al leasing es que el usuario está exento de pagar los seguros y gastos asociados al mantenimiento del vehículo. Además, tras finalizar el contrato de arrendamiento, se puede renovar por otros dos años o bien solicitar un vehículo más nuevo a cambio.

¿Cuál es la principal diferencia entre el leasing y el renting?

Sin duda la principal diferencia es que el leasing es un método de financiación y el renting un sistema de arrendamiento.

Como el renting es un sistema de arrendamiento, el usuario que lo solicita podrá beneficiarse de las ventajas de este sistema. Es decir, desgravarse el IVA y considerar cada cuota como un gasto de la empresa. Esto, por ejemplo, permite a los autónomos desgravarse hasta el 100 % del renting.

Optar por un modelo u otro depende de si se busca un sistema de financiación alternativo o uno de arrendamiento.