Parece que el mundo del emprendimiento en España está cada vez más cerca de alcanzar el vuelo. Ya no podemos decir que sean pocos los españoles que han decidido liarse la manta a la cabeza y emprender. Son muchos los que durante la crisis han perdido sus puestos de trabajo y han decidido buscar alternativas a un mercado laboral cada vez más precario y peor pagado. De hecho no son pocos los jóvenes – y  no tan jóvenes- que han decido echar mano de sus conocimientos, de sus estudios y de sus vivencias para crear nuevas oportunidades de trabajo con las que luchar ante una precariedad laboral tan amplia.

Que en España se emprende ya es un hecho y que este sector requiere de ayuda para poder crecer también. Un mayor número de fondos de inversión, nuevas iniciativas de apoyo a los emprendedores, una ley que regule todo… son solo algunos de los elementos que demuestran el vertiginoso despegue del emprendimiento en nuestro país. Veamos los datos con más calma.

Las mejoras de un ecosistema difícil

El emprendimiento en España ha cambiado mucho con el paso del tiempo. Ya no se piensa simplemente en montar una tienda de barrio sino que se aspira a mucho más. A crear innovadoras startups que cada vez resultan más atractivas para los fondos extranjeros. Y no solo es palabrería. Tenemos unos ejemplos perfectos en dos starups de nacionalidad española: Cabify y Wallapop que a día de hoy disponen de aceleradores e incubadoras.

Y no es de extrañar que este ecosistema haya cambiado tanto pues ahora nos encontramos ante un nuevo tipo de empresario mucho mejor preparado, con ideas innovadoras y capacidad para crear un producto atractivo y duradero. La profesionalidad de las nuevas startups es cada vez más clara y su formación y ayuda superior que las de hace unos años. No hay que olvidar que hoy en día existen emprendedores de segunda generación que financian económicamente estos nuevos proyectos.

Y parece que el emprendimiento, al menos por ahora, está focalizado en puntos muy concretos de nuestro país. Los lugares más relevantes en cuento a nuevas startups son sin duda Madrid, Valencia y Barcelona, donde existen más iniciativas y vías de financiación que permiten que este mercado laboral alternativo prolifere.

¿Y qué ocurre con la financiación para empresas?

Sin duda uno de los elementos que ha permitido a las nuevas startups crecer y convertirse en negocios atractivos y posiblemente duraderos, es la aparición de nuevos métodos de financiación para empresas. Las nuevas compañías ya no solamente confían en los bancos y entidades financieras clásicas para poder emprender (entidades que por otro lado han dado la espalda a los emprendedores durante muchos años por no considerar sus negocios plenamente fiables) sino que lo hacen en otros canales. Sin duda los más atractivos y novedosos a día de hoy son los business Angel, el crowdfunding o los fondos de capital de riesgo.

Gracias a estos nuevos sistemas de financiación el mundo del emprendimiento en España ha logrado arrancar y posicionarse en muy buena situación. No hay que olvidar que no son pocos los fondos extranjeros que han comenzado a mirar a España con nuevos ojos y que están dispuestos a financiar estas novedosas iniciativas empresariales.

No obstante, a pesar de la aparentemente buena situación financiera para el emprendimiento que vivimos en nuestro país, los especialistas advierten de que el sector público sigue teniendo mucho peso sobre estas nuevas iniciativas mientras que el privado, a pesar de haber mejorado, sigue teniendo poca presencia. Es necesario cambiar este mapa financiero logrando más retornos para que entren en juego un mayor número de fondos privados.